Los titanes a veces lloran


Los titanes a veces lloran
(Omar Serralvo)

A los que hemos naufragado una, dos o mil veces, sabemos lo perra que se puede tornar la vida en cuestión de instantes.
Un día vas navegando con el viento a favor, sintiéndote el rey del mundo a lo Jack Dawson, y al siguiente te encuentras aferrado a un tablón de madera, flotando a la deriva.
Una enfermedad, un accidente, un despido, un trabajo asfixiante, una relación estancada, la despedida de un ser querido... Los icebergs toman formas variopintas.
Tarde o temprano, vas a naufragar (es inevitable). De ti depende si sueltas la falsa comodidad de ese tablón y empiezas a nadar hacia tierra firme o te quedas flotando en las gélidas aguas, a merced de tus miedos y anhelos.